Barcelona: la señorial Estació de França

18 de octubre de 2012

Son muchas las veces que por uno u otro motivo he pasado por la estación barcelonesa de França, pero el hecho de que esta pasada semana lo haya efectuado con un alumno me ha animado a dedicarle una entrada del Blog adornada con algunas de las muchas fotografías que tengo de ella.

La primera y más antigua estación monumental que tuvo Barcelona fue la del Norte, inaugurada el 21 de mayo 1862, como terminal de línea Zaragoza-Barcelona. Esa estación, construida por la Compañía del Ferrocarril de Zaragoza a Barcelona, absorbida luego por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, estuvo en servicio hasta el 23 de septiembre de 1972, en que el TER procedente de Madrid llegaba a las 10 de la noche, como última circulación ferroviaria de su vida. Dos horas después la estación quedó clausurada. Hoy día, gran parte de esa estación, cuya fachada principal es obra del arquitecto Demetrio Ribes, funciona como estación de autobuses, con el nombre de Barcelona Nord.

 La antigua estación del Norte de Barcelona

Pero el tamaño de esa estación no se correspondía con la importancia que Barcelona tenía en  el ferrocarril. Por este motivo, cuando ya se vislumbraba que Barcelona sería sede en 1929 de la Exposición Universal, la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA) convocó en 1924 la construcción de una estación monumental, que se inauguró el 2 de junio de 1929, un par de semanas después de que se abriera la Exposición Universal.

Quizá la fachada exterior de la estación, que da a la Avenida del Marqués de la Argentera, no anuncia por su austeridad lo que se verá a continuación nada más traspasar las verjas de hierro forjado de la entrada.


Son tres grandes puertas flanqueadas por dos torreones, que rebasan ligeramente a cada lado el cuerpo principal. El ligero declive en que está la avenida hace que el portalón más a la derecha tenga algunos escalones más que los dos restantes.

Pero nada más pasar las puertas de acceso se ingresa en el señorial vestíbulo cuya foto está arriba. Tres bóvedas montadas sobre pechinas y rematadas por lucernarios, son el único ámbito previo a la zona de vías y andenes. A la derecha de la entrada, un restaurante con toques modernistas completa el área de servicio de los  viajeros. Pero lo que viene a continuación presenta lo más original del mundo en marquesinas curvas en bóveda de hierro para resolver la posición de los andenes y vías. En efecto éstas debían estar orientadas, para el largo recorrido, hacia el túnel que atraviesa Barcelona hacia la actual estación de Sants. En la época en que se construyó la estación en lugar de túnel había una zanja que atravesaba la ciudad por la calle Aragón hasta la Plaza de las Glorias. Para resolver este problema constructivo, el ingeniero Eduardo Maristany, Marqués de la Argentera hizo el diseño en arco de las cubiertas, más fáciles de construir en curva que las de doble vertiente. Y este es el aspecto que presentan.








Las toperas de émbolo son las originales de cuando se construyó la estación que sufrió varias reformas, una de ellas tras la Guerra Civil y otra muy recientemente. En la primera foto de las vías vemos que éstas empiezan en el número 3. Hasta las Olimpiadas de 1992 al lado derecho de esas vías había una zona destinada a Cercanías, cuyas vías se encaminaban hacia el Maresme por la costa. Esas vías fueron eliminadas para la construcción del Puerto Olímpico y zonas aledañas. Las marquesinas tienen 29 metros alto en la clave del arco y 195 metros de longitud.



La fachada interior de la estación tiene como particularidad, aparte de su carácter monumental, que haya dos relojes en ella correspondientes a cada una de las dos bóvedas.

El tráfico actual de la estación está muy disminuido en relación con los años previos a la ampliación de la estación de Sants, siendo ahora cabecera de servicios de Media Distancia y de algunas líneas de Rodalies (Cercanías) y de los Trenes Hotel hacia Francia, Italia y Suiza.

Precisamente estábamos recorriendo al anochecer sus andenes cuando tomaba la salida el TH "Pau Casals" hacia Zurich, unido al "Salvador Dalí" hacia Milán en una única y larguísima composición que rebasa ampliamente la zona cubierta de los andenes. Es el momento que recoge la siguiente fotografía, algo deficiente por la escasa luz del momento.



Visitas mucho más ilustres que las nuestras han recorrido esos andenes, desde que fueron inaugurados por Alfonso XIII. Quiero destacar la de Manuel Azaña, presidente de la República Española, el 26 de septiembre de 1932, cuya bienvenida le fue dada por el entonces presidente de la Generalitat de Catalunya, Francesc Macià (Fotografía de la Colección Merletti del Institut d'Estudis Fotogràfics de Catalunya).


Pero la mayor parte de los viajeros no tenía nombre digno de figurar en los anales de la estación. Quizá por ese motivo una taberna de los alrededores les ha dedicado esta simpática letrilla llena de humor e ironía catalana.