Viajes póstumos en tren: pompa y circunstancia en el entierro del rey Eduardo VII del Reino Unido

11 de octubre de 2013

Cuando faltan pocos días para que me sumerja durante varias semanas en el mundo ferroviario anglosajón, quería comentar otro viaje póstumo en tren, en el Reino Unido, que tuvo como protagonista pasivo al difunto rey Eduardo VII, el 20 de mayo de 1910. Este que vemos en la foto de la época era el tren que trasladó los restos mortales desde la estación londinense de Paddigton hasta Windsor, en cuyo castillo fue enterrado.



Eduardo VII -al que vemos en este retrato de Luke Fildes que se conserva en la National Portrait Gallery de Londres- accedió al trono del Reino Unido el 22 de enero de 1901 y fue coronado también como rey de los dominios británicos y emperador de la India el 9 de agosto de 1902. Por aquella época los ferrocarriles del Reino Unido habían adquirido un gran desarrollo y el mapa ferroviario de las grandes estaciones de Londres era muy similar al actual, entre ellas la de la gran terminal de Paddington, a poco más de 3 km de Buckingham Palace.


La estación contaba entonces con sólo dos vías bajo cada una de sus tres marquesinas originales de 1854, tal como vemos en esta postal de finales del siglo XIX, y era propiedad del Great Western Railway. De ella partían los trenes hacia el Oeste de Londres.

Cuando Eduardo VII falleció el 6 de mayo de 1910 se pensó en enterrarlo en el Castillo de Windsor y llevarlo hasta esa ciudad en tren con la numerosa comitiva que acudiría a su entierro: 9 reyes en ejercicio y 61 miembros de casas reales de todo el mundo. Incluso Estados Unidos envió como representante a Theodore Roosevelt, quien hasta el año anterior había sido presidente de los Estados Unidos. Toda esta comitiva fue trasladada en el mismo tren desde la estación de Paddington hasta Windsor donde, en solemnísima procesión, se encaminó hasta su Castillo.

En esta fotografía vemos al tren real pasando por la ciudad de Ealing, al oeste de Londres, mientras un numeroso público se apostaba en las inmediaciones de la vía férrea.


En esta otra fotografía, el armón con los restos de Eduardo VII es escoltado por miembros de la Marina Real británica por las calles de Windsor. La solemnidad de toda la ceremonia fue digna de las marchas orquestales de Elgar, cuya marcha nº 1 se denomina "Pompa y circunstancia", estrenada en Londres en 1901 y que fue adaptada en 1902 para la coronación de Eduardo VII con la incorporación de la oda "Land of Hope and Glory", que los británicos suelen acompañar a la letra en muchas celebraciones. Las crónicas periodísticas de la época no reflejan si esa misma marcha fue interpretada en algún momento del entierro.

Como circunstancia anecdótica, el regreso a Londres del tren real con la numerosa comitiva, hubo de hacerse por otra línea alternativa ya que en la línea principal al paso por la población de Slough había descarrilado una locomotora.

La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, en su sección American Memory, tiene entre sus fondos documentales esta filmación en dos partes que recoge el tránsito del cortejo fúnebre por las calles de Londres.

El tren, tanto a la ida como a la vuelta, fue remolcado por una locomotora de la serie GWR 3700 "City" construida en 1903. Una unidad de esa misma serie -la nº 3440- se encuentra depositada en el Museo Nacional del Ferrocarril, lleva por nombre "City of Truro" (4-4-0) y la vemos en esta fotografía.