En tren a Zamora, en poco más de una hora. La ciudad tres veces transformada por el ferrocarril

15 de marzo de 2016

Habíamos estado algunos días en París saboreando para el Blog detalles ferroviarios de la capital francesa y, como contraste a esos días de agitación ciudadana, decidimos que era ya hora de venir a Zamora. El 17 de diciembre de 2015 se puso en servicio el tramo de la línea de alta velocidad a Galicia que llega hasta esta bella ciudad castellano-leonesa. El viaje desde Madrid es de algo más de hora y media, cuando aún quedan muchos detalles técnicos que completar en la línea y que dejarán el trayecto en poco más de una hora. Esa bella portada neoplateresca del vestíbulo de su estación ferroviaria, que vemos en la foto, saluda a los viajeros con una majestuosidad muy acorde con la monumentalidad que presenta Zamora. Hemos estado varios días saboreando la espectacularidad de su arte románico, del modernismo que impulsó la primera llegada del ferrocarril y la modernidad que anticipa su nueva conexión ferroviaria. Nuestros amigos del Grupo Tren Zamora nos han servido de guías documentales y de introductores para esta ciudad que ya nos estaba esperando. Y en esta entrada recogemos literaria y fotográficamente el curso de nuestra visita.

Gare Saint-Lazare, la estación impresionista de París

3 de marzo de 2016

La estación parisina de Saint-Lazare reúne una serie de características que la hacen única en la capital francesa. Fue el lugar desde donde partió la primera línea ferroviaria de Francia. Es la segunda en número de viajeros de la red francesa, con más de 160 millones al año, y es la primera estación parisina en quedar inmortalizada en su vida diaria por un pintor impresionista: Claude Monet, en 1877. Uno de sus cuadros más famosos sobre ella pudimos contemplarlo en nuestra última visita al Museo d'Orsay, cuyo edificio también fue estación en el pasado. Durante muchos años esa estación, avejentada y muy descuidada en su mantenimiento, acusó el deterioro de su bello edificio. Estos últimos años, una intervención respetuosa con su pasado, le ha devuelto el esplendor que tuvo antaño. En nuestra estancia en París, hemos querido deambular por sus vestíbulos y andenes para sentir la magia que cautivó a Monet hasta el punto de querer inmortalizarla en sus pinturas.